jueves, 19 de junio de 2008

Bienvenida partida 33


El pasado fin de semana estuvimos viviendo la bienvenida de la partida XXXIII de varones. Una vez más le dimos la bienvenida a una partida nueva para mostrarles todo lo que el movimiento tiene para brindarles.
Contamos con la presencia de casi 80 personas. Fue una bienvenida distinta, que reunió, no sólo a los nuevos integrantes, sino a varios que ya no se encuentran trabajando en el mismo.
La cita, era a las 21.30 aunque la verdadera bienvenida comenzó una hora mas tarde, cuando poco a poco la casa amarilla se fue llenando de personas.
Alrededor de las 22.30 copamos el salón grande de la casa amarilla, comenzamos con una oración, como lo hacemos siempre, aprovechando también para bendecir los alimentos que estábamos por comer. Los chicos de la comisión finanzas nos prepararon unos riquísimos patys y también unos panchos.
Pero la muestra de gastronomía no iba a terminar ahí, si no que hubo una sorpresita para seguir matando al hambre… nos prepararon unas riquísimas tortas fritas.

Además la comisión nos tenía preparado un juego, que se sospechaba de un principio porque el salón estaba "decorado" por muchos globos con harina dentro.
El juego consistía en dividirnos en 4 grupos, los cuales debían romper la mayor cantidad de globos posible y buscar los papelitos que habían adentro, después con estos armar un rompecabezas.
El juego finalizó con una pequeña reflexión realizada por Martín Bartel que dio por terminado la dinámica.
Asi, pasó una nueva bienvenida por el movimiento de partida: la número 33 de varones.

Y vos…
¿Cómo viviste la ultima bienvenida?





martes, 3 de junio de 2008

La fiebre partidista

¿Cómo explicar la inmensa sensación que genera estar dentro de la partida? Una clara demostración de esa euforia mezclada con alegría, se vivió hace un poco más de 10 días, cuando la partida XXXIII de varones colmó el Salón San José con gritos, cantos, llantos y sonrisas. Pero aquel inmejorable momento, no sólo lo viven aquellos privilegiados que pisaron esa casa de retiro, de Villa Elisa, por primera vez. Sino que, conjuntamente, se vive una especie de suerte espiritual similar a la que experimentaron los chicos hace algunos días atrás. Por un lado, la ansiedad a lo nuevo, el desafío a lo desconocido, por el otro, la gracia de conmemorar un nuevo vía crucis o la reconfortante sensación de redescubrir algún momento del retiro encarnado en tres bloques. Aunque no parezca, el Movimiento de Partida volvió a hacer Partida. Sin necesidad de hacer silencio el miércoles, pero sí entregando sacrificios (palancas), superando obstáculos en nuestra Búsqueda por encontrar la Alegría, que indudablemente nos regala la Iglesia. Cuántas personas vuelven al movimiento auque sea por tres días, cuántos partidistas hacen relucir su vale la pena escondido, cuántas personas hacen el esfuerzo para que aquella deslucida remera de su partida pueda entrarle perfectamente. La Diócesis se paraliza cuando arranca el motor de aquel micro que inicia la aventura partidista, ya que las parroquias y las comunidades vecinas se unen y participan para que el máximo objetivo que tiene nuestro movimiento se lleve adelante. Y hasta el mismísimo Rubén Oscar viene a visitarnos con frecuencia para conocer a las nuevas almas convertidas y darles la bienvenida. Esto es el Fenómeno Partida. Esta es la Fiebre partidista que se trasmite como ninguna enfermedad y que, paradójicamente, nos hace muy bien. Al igual que la gripe llega con el invierno, la fiebre partidista llega con la partida y contagia muy fácilmente. Y si no pensemos, ¿quién puede quedarse hasta altas horas de la noche rezando por personas que no conoce?, simplemente un enfermo. ¿Quién puede ofrecer cosas que no les gusta hacer habitualmente sólo porque tiene ganas? Simplemente alguien enfermo. ¿Quiénes saltan como unos desaforados cuando ingresan un grupo de chicos de una partida? Solamente nosotros; personas que padecen una enfermedad terrible pero benigna y que aún no encontraron la receta para la cura de este fenómeno, que orgullosamente llamamos Cristo.

¿Y vos? ¿Cómo viviste el fenómeno Partida?